En la palestra general, el hablar de la destrucción confidencial de documentos, tiende a una mala interpretación que, es la de entender a primeras, la destrucción de documentos de manera ilícita. Sin embargo, la realidad dista de ese malsano entendido, pues se trata en nuestro caso, de varios escenarios donde prevalece el estricto cumplimiento de las leyes, normas y procedimientos prescritos para estos casos cuando como ya lo mencioné, vas a ejecutar la destrucción confidencial de documentos, el cual es una manera técnica de eliminar archivos físico obsoletos que solo le interesan a la empresa que les pertenece; por ello la expresión de confidencial. Igualmente, este efecto es sin lugar a dudas un trabajo meticuloso y minucioso, que conlleva la generación de un índice y fichado de especificaciones. Ahora bien, una vez, clasificada y apostada en actas cada documento a someterse al proceso nombrado, se certifica ante la autoridad competente que en su otorgamiento manifiesta la legalidad del procedimiento. En consecuencia, te genera la posibilidad de liberar espacios de archivos tanto físico como tecnológicos y, además, minimizas la producción de residuos y polvillos un tanto nocivos en ese ambiente de trabajo.